Este 28 de enero es el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, fecha designada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para concientizar y sensibilizar a la población mundial sobre el cambio climático y los impactos ambientales que ocasiona. Entre las acciones que se implementan, se busca impulsar el desarrollo y aplicación de políticas de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). El Programa Chile Origen Consciente (ChOC) trabaja con las distintas empresas adherentes para establecer metas concretas de reducción GEI, entendiendo la importancia de su disminución para atenuar los efectos del cambio climático.

Una serie de documentos relativos a la acción de Chile en la mitigación de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y los efectos que se han logrado en cuanto a las tendencias de emisiones y absorciones de estos gases, han sido recientemente publicados por el Ministerio de Medio Ambiente. Así, a través del Reporte del Estado del Medio Ambiente hemos podido conocer que, durante 2020, las emisiones de GEI totales en el país contabilizaron 105.552 kilotoneladas de CO2 equivalente (ktCO2 eq), incrementándose en un 116% desde 1990, pero cayendo un 5% respecto del año 2019.

Los principales causantes de esta tendencia creciente fueron las emisiones generadas por la quema de combustibles fósiles, del ganado y por la aplicación de fertilizantes en los suelos agrícolas. El compromiso a nivel país es alcanzar un nivel máximo de emisiones para 2025, para luego de esta fecha, disminuir progresivamente hasta llegar a un máximo de 95 millones de toneladas de GEI para 2030.

Desde el programa Chile Origen Consciente, el compromiso es clave para poder avanzar en una completa y permanente cuantificación de las emisiones de CO2 del sector, para posteriormente trabajar en planes de mitigación y reducción de emisiones corporativos y sectoriales. Para ello, los productores avícolas y porcinos del estándar del Programa Chile Origen Consciente que opten por el Nivel 2 de certificación tendrán la posibilidad de abordar la temática de Gases de Efecto Invernadero, capacitándose en materia de reporte y cuantificación de huella de carbono organizacional, lo cual podrán posteriormente implementar, generando así un plan de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

El sector lácteo en tanto, promueve el uso eficiente de la energía y la incorporación de las energías renovables no convencionales (ERNC), contribuyendo a disminuir su huella de carbono y reducir los costos asociados. Los planteles lecheros que accedan al nivel avanzado cuantifican y/o monitorean las emisiones de GEI del predio además de contar con uno o varios sistemas de ERNC, entre otras acciones.

En el “5to Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático”, la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, comentó que “como país tenemos una meta clara: alcanzar la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la resiliencia al clima a más tardar al año 2050. Estos objetivos quedaron institucionalizados en la Ley Marco de Cambio Climático, publicada en junio de 2022. El desafío ahora radica en implementarla. La Ley Marco nos permitirá crear nuevos instrumentos obligatorios para el Estado, que dirigirán la política hacia una transformación que disminuya nuestro impacto en la estabilidad del clima, al tiempo que nos preparamos mejor para las consecuencias negativas que ya estamos experimentando”.

En cuanto a las industrias productoras de carne de ave y cerdos, el estándar ChOC establece un informe de cuantificación de huella de carbono organizacional verificado bajo los lineamientos del Programa Huella Chile. Por su parte, y en el mismo sentido, la industria productora de leche monitorea las emisiones de GEI bajo una metodología homologada y validada para el sector lechero del país.

“Para alcanzar el objetivo de convertirnos en un país carbono neutral, necesitamos cambiar la forma en que nos transportamos, alimentamos, manejamos los residuos, vestimos y producimos energía, mientras nos adaptamos a los efectos del cambio climático -que llegaron para quedarse-, por ejemplo, en relación a la disminución de disponibilidad de agua. Es una transformación que, para tener éxito, debe integrarse en el corazón de las decisiones de todas y todos y a todo nivel: debe ser empujada por las empresas, los municipios, las organizaciones y, por supuesto y con mucha fuerza, el Estado en su conjunto”, agregó la ministra en el prólogo del mencionado informe.

Para conocer en detalle el “5to Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático” se puede acceder a: https://unfccc.int/sites/default/files/resource/Informe_5IBA_2022_Final.pdf

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